La vendimia 2019 ha finalizado en las 21 Bodegas Certificadas que van a elaborar vino con Denominación de Origen Ribera del Guadiana y una primera conclusión apunta a un significativo descenso de la producción, que se compensa con una uva de gran calidad que augura una excelente añada.
El descenso de producción ha sido entre un 25 % a un 30%, dependiendo del tipo de uva, lo que confirma los datos facilitados por el Consejo Regulador en sus previsiones iniciales.
El ciclo vegetativo se puede considerar normal. El invierno fue seco, con escasas precipitaciones durante los meses de enero y febrero. Durante el mes de marzo se registraron temperaturas suaves y también escasas precipitaciones. El desborre se inició a mediados de marzo y la floración comenzó en la primera decena de mayo, los primeros días con elevadas temperaturas y después con temperaturas bastante más frescas. El envero comenzó durante la primera semana de julio, lo que indica que el ciclo vegetativo no se adelantó con respecto a la media de la Denominación, aunque si hay un adelanto de unos quince días con respecto a la vendimia pasada.
A principios de julio no hubo incidencia de plagas ni enfermedades, aunque comenzaba a verse mosquito verde, pero sin daños. A comienzos de agosto algunos viñedos comenzaban a mostrar síntomas de estrés hídrico, con desecación de hojas basales.
La vendimia se generalizó en la tercera semana de agosto, recogiéndose uvas con elevada concentración de azúcares y con muy buen estado sanitario. Lo que sí se puede adelantar es una añada de gran calidad, tanto en variedades tintas como en blancas. Según explica el director del Consejo Regulador, Francisco Javier López, “las primeras catas de los vinos apuntan a una excelente añada, destacando los tintos por su capa de intensidad media-alta y los blancos por aromáticos y afrutados, fruto de la calidad de la uva y de las elaboraciones que están realizando los enólogos para obtener vinos singlares y de máxima calidad”.