El Órgano de Control y Certificación ha presentado al Pleno del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rías Baixas el Informe de Estimación de Cosecha 2018. Este documento, redactado en base a los datos estimados por los técnicos de campo de las empresas durante la primera quincena del mes de julio, constata que, hasta ese momento, el viñedo se encontraba en muy buen estado sanitario a pesar de ser un año muy complicado en lo meteorológico.
El documento analizado por los vocales del Pleno estima la producción de este año en “36 millones de kilogramos de uva, un 10% menos que la cosecha del 2017”. Con ese volumen de producción podrían vinificarse alrededor de 24 millones de litros de vino.
Para la redacción de este informe, los técnicos del Consejo Regulador han supervisado más del 50% de la superficie productiva de la denominación. En el escrito, destacan que el índice de fertilidad de este año es mayor que el de 2017. A pesar de ello, estiman unas mermas en la cosecha de un 10% debido principalmente a “problemas de corrimiento de flor y de enfermedades fúngicas, sobre todo mildiu”.
El documento del Órgano de Control y Certificación recuerda que los casos de mildiu se produjeron especialmente en las subzonas de O Condado do Tea y en el Val do Salnés. No obstante, “los técnicos de campo consultados esperan que sean más bien daños puntuales y no generalizados”, apunta dicho informe.
Esta situación viene propiciada por un año climatológicamente “muy húmedo, con tormentas y alternancia de periodos con altas y bajas temperaturas”. Según se explica en el documento, “las condiciones meteorológicas adversas hacen que los viñedos presenten una situación muy heterogénea y, en consecuencia, que resulte más complicado estimar la producción con la misma precisión que en 2017”. En términos generales, el ciclo vegetativo de la cosecha 2018 en Rías Baixas comenzó con “un retraso fenológico de 2-3 semanas aproximadamente con respecto al año anterior y una semana con respecto a un año normal”.