Con el objetivo de reducir la carga burocrática que soportan los viticultores, el Consejo Regulador ha firmado con el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García Gallardo, un convenio para lograr un registro vitícola único que termine con las divergencias que a día de hoy hay entre la base del Consejo Regulador y la de la Junta de Castilla y León.
La iniciativa ha sido promovida por la Asociación de Bodegas Asebor y hay que darles la enhorabuena porque aunque la burocracia es un problema común a otras zonas vinícolas, la Ribera del Duero ha sido la primera de Castilla y León.
Aunque pueda parecer un avance menor, es la base para avanzar en la simplificación burocrática, uno de los grandes retos de la Denominación de Origen.
El grupo de trabajo que se va a formar tendrá como prioridad adaptar el registro a las nuevas herramientas de los recintos SigPac ya que es la forma de poder garantizar una trazabilidad completa.
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