La situación por la que está pasando el campo en estos momentos, tras un periodo de muchas precipitaciones al que sigue una subida de las temperaturas se traduce en la necesidad de tener un especial cuidado de las viñas en la Ribera del Duero. Una advertencia que se lanza desde el equipo técnico de RedBottle Internacional, que presta su servicio de asesoramiento técnico a bodegas de esta Denominación de Origen.
El Director Técnico de RBI, Ángel Luis Margüello, señala que en estas fechas, a inicios de julio de 2018, el viñedo de la Ribera del Duero se encuentra en el final del estado fenológico I (floración) y en líneas generales en el estado fenológico J (cuajado), no siendo extraño encontrar de forma puntual alguna zona algo más retrasada debido a las características del viñedo, como pueden ser: la edad, el suelo, los agentes climatológicos, la localización de la parcela…
“La climatología adversa sufrida por los viñedos, principalmente las heladas del 1 y 13 de mayo, esta última más importante, produjo daños en las yemas que habían brotado como consecuencia de las temperaturas suaves del mes de abril”, explica Margüello. Dichas temperaturas suaves calentaron el suelo provocando la brotación generalizada del viñedo antes de las heladas, que afectaron en mayor medida a las viñas en estado fenológico más avanzado y sobre todo a las ubicadas en zonas bajas. “A estos viñedos más afectados debemos hacerles un seguimiento minucioso para ver su recuperación y evolución de la segunda brotación”, aconseja el técnico.
El hecho de que a finales de mayo y durante el mes de Junio se hayan repetido precipitaciones en forma de tormentas, y en algún caso puntual en forma de granizo, han dificultado los trabajos de campo, por lo que es muy importante llevar a cabo tratamientos sistémicos para evitar la proliferación de plagas y enfermedades.
El Técnico de campo Óscar de Pablo aconseja que este año se debe prestar mucha atención al Mildiu (Plasmopara vitícola) por el alto riesgo de infección que tiene este hongo, que se desarrolla de forma óptima con humedad y temperaturas altas. “Porque esa es la situación que el viñedo en la Ribera del Duero tiene este año”, apunta. No hay que dejar de lado, no obstante, otras enfermedades típicas de la zona como la polilla, los ácaros o el oidio.
Las labores de manejo de la vegetación también cobran mucha relevancia este año
Señalan desde RBI que la poda en verde se ha retrasado respecto a otros años debido a las abundantes precipitaciones, lo que ha provocado dificultades para entrar al viñedo a realizar dichas labores por el mal estado del terreno. El despunte, en algunos casos, también ha sufrido un retraso por el alto contenido en humedad del suelo, lo que ha generado el crecimiento rápido de los pámpanos, ralentizando con el retraso del despunte, el crecimiento excesivo de los denominados “nietos”. Una vez despuntada la planta, recomiendan los técnicos de RBI llevar a cabo las labores de desniete y deshojado para favorecer la mejor aireación de los racimos, evitando de esta forma la proliferación de enfermedades en el viñedo. No obstante se recomienda realizar inspecciones visuales del viñedo para identificar cualquier foco de enfermedad y poder actuar sobre ella.