Reino Unido, segundo comprador mundial de vino, redujo sus importaciones entre enero y septiembre de 2016. Según los datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMV) Francia fue el principal protagonista de la caída global aunque se mantiene como el país que más factura de forma muy destacada, si bien sigue por detrás de Italia y Australia en volumen. España cayó más que la media al subir de precio por encima de sus competidores. La evolución es mejor para su país vecino: Irlanda aumentó a buen ritmo sus importaciones gracias al excelente desarrollo de espumosos y envasados, con caída cercana el 40% para el granel. España gana bastante cuota al crecer más del 20% en volumen y cerca del 30% en valor, en un mercado liderado por los vinos chilenos. Francia también pierde peso, al igual que Italia.
Por otra parte, Holanda mantuvo sus compras de nuevo por encima de los 280 millones de litros, mismo volumen que en el acumulado a septiembre de 2015, aunque gastó 30 millones de euros menos al bajar el precio medio. En este caso, sólo creció el granel y bag in box pese a ser el único que bajó de precio, con caída para envasados y espumosos, sobre todo en valor. De los cuatro mercados analizados, Bélgica fue el que peor evolucionó: redujo sus compras cerca del 10%, con todos los vinos con importantes descensos. Tanto Holanda como Bélgica están muy enfocados a los vinos franceses, que tienen mucha más cuota que el resto aunque marcaron en gran medida el descenso global, con caída también para España.