Las denominaciones de origen de Castilla y León esperan una buena cosecha esta campaña que estará marcada por el adelanto de la vendimia como consecuencia de las sucesivas olas de calor del mes de julio y de las escasas precipitaciones de los últimos meses. Aunque es pronto para conocer las expectativas en cuanto a producciones, la mayoría de las DO confían, a mitad de verano, en alcanzar rendimientos similares a la media de los últimos años, a la vez que coinciden en destacar el buen estado sanitario de la uva y la ausencia de plagas y enfermedades.
Es el caso de Ribera de Duero, fuentes de su Consejo Regulador indicaron que la campaña se presenta en niveles habituales a la media y que la situación del viñedo es similar a los años 2009, 2011 y 2014, acumulándose un adelanto de cinco días en el ciclo vegetativo con respecto a las últimas diez campañas.
Además, y aunque en primer momento se temió por las heladas de finales de mayo y que afectaron a un 10 por ciento de toda la superficie, se prevé que al final sólo tengan daños de consideración entre el tres y el cinco por ciento de los viñedos. Sobre las tormentas registradas a mediados de junio, Ribera asegura que el cuajado de los racimos “no se vio afectado en la mayoría de los casos”.
Para el director técnico de la DO Rueda, Jesús Díez de Íscar, se trata de un año “normal” y en el que las altas temperaturas “han paralizado un poco” el ciclo vegetativo, a la vez que han provocado que el estado sanitario sea óptimo.
En principio, y al igual que el pasado año, se prevé que la vendimia pueda comenzar entre finales de agosto y principios de septiembre con la variedad Sauvignon Blanc. “Las olas de calor han frenado ligeramente el ciclo, pero será igual que en 2014, ya que a principios de verano estaba ligeramente adelantado”, apuntó Díez de Íscar a Ical. También indicó que sería conveniente que lloviera en los próximos días para aliviar la situación de los viñedos de secano, pero sin ser tormentas que perjudiquen a la producción.
Buena se presenta la campaña en la DO Toro, donde se estima que la cosecha sea superior a la media de los últimos años, que se sitúa entre los 18 y los 19 millones de kilos, pero inferior a la de 2014, cuando se alcanzó el récord de 21,5 millones de kilos. Su director técnico, Santiago Castro, matizó que más de las mitad de los viñedos están enverados, lo que ha propiciado una semana de adelanto en relación a lo habitual, gracias a una condiciones meteorológicas que también han contribuido a que el estado sanitario sea “perfecto”.
Aunque a finales de junio se vieron sorprendidos por tormentas que dejaron entre 30 y 80 litros por metro cuadrado y que paliaron la sequedad del terreno, el director técnico consideró que sería bueno que en agosto llovieran entre 15 y 20 litros. “si no lo hiciera, hay reservas, porque son viñedos muy viejos, con raíces muy profundas y que aguantan muy bien la sequedad”, explicó.
Cigales: entre 8 y 9 millones de kilos
El agua también es una de las peticiones que se realiza desde la DO Cigales, donde la directora técnica del Consejo Regulador, Águeda del Val, aseguró a Ical que si tuviera una “varita mágica” solicitaría lluvias moderadas para retrasar el fruto, “que descienda el grado de alcohol y que la maduración se desarrollara más lenta”, a la vez que resaltó que hace quince días que la uva empezó a enverar.
El adelante también ha llegado a Cigales, con entre 20 y 25 días respecto a una cosecha normal, por lo que de continuar las altas temperaturas la vendimia de los rosados podría empezar el 2 o 3 de septiembre. Quince días después, la de tintos. Aunque se prevén entre ocho y nueve millones de kilos de uva de producción, “hay que esperar a ver cómo se comporta agosto”, sentenció. Del Val también resaltó el buen estado sanitario de la uva y la gran cantidad de follaje de las vides que ha proporcionado zonas sombrías, algo que en muchos casos “ha salvado el fruto”.
“Un agosto normal”
En términos similares se pronunció el director técnico de la DO Tierra de León, Alejandro González, que sostuvo que las alta temperaturas de julio han alejado los problemas sanitarios y han provocado que el ciclo se adelante en unos diez días, situación que se podría corregir con “un agosto normal”. “Creemos que entre el 15 y 20 de septiembre, como es habitual, arrancará la vendimia”, vaticinó.
En cuanto a la calidad de la uva, explicó que aún es pronto para hacer una previsión acertada y más cuando el envero empezó hace unos días. “No será un año especialmente productivo, estará en la media. Aunque la Prieto Picudo podría registrar un aumento, para las variedades blancas no se sabe”, explicó.
Al igual que en Cigales, para las vides de Tierra de León también se piden lluvias, aunque en este caso acompañadas por altas temperaturas. “El problema sería si lloviera mucho en septiembre y luego no hiciera calor, ya que no daría tiempo a acabar el ciclo y quedaría la maduración incompleta”, apuntó González.
Producción “normal” en Bierzo y Arribes
Algo más claro lo tienen sus vecinos de la DO Bierzo, donde se espera una producción similar a la de años anteriores. Aquí, la vendimia arrancará con entre ocho y diez días de adelanto, por lo que no se descarta que pueda iniciarse a finales de este mes. De todas formas, su presidenta, Misericordia Bello, aseguró a Ical que “ahora hay días calurosos y noches muy frías, que es el tiempo ideal para fijar el color de la uva y para que el proceso de maduración sea más adecuado”.
Por su parte, en la DO Arribes del Duero la campaña se presenta con normalidad, con una producción en la media de los últimos años -alrededor de 1,1 millones de kilos- y con una calidad que puede ser “muy buena”. El director técnico de la DO, Carlos Capilla, destacó que las tormentas del mes de junio y de finales de julio fueron beneficiosas y que el ciclo vegetativo “se está desarrollando sin problemas a pesar de las altas temperaturas”.
“Hay que ser prudentes. Todavía queda casi todo agosto y septiembre para iniciar la vendimia, pero en estos momentos la calidad de la uva se presenta muy buena. Ahora sólo hay que pedir normalidad al tiempo y que no nos visite el granizo”, sentenció.
Arlanza: es pronto para la más tardía
En términos similares se pronunció el técnico de la DO, José Ignacio Marqués, que destacó que a estas alturas la cantidad de uva estará en la media de los últimos años y con una calidad “buena”. De todas formas, deslizó que, teniendo en cuenta que esta zona vitivinícola de Burgos y Palencia es la más tardía para vendimiar y que el mes de septiembre es el marca la cosecha, “aún es pronto para poder hacer una previsión acertada”.
En este sentido, indicó que lo ideal es que septiembre sea “de libro”, que refresque y que no hiele para que la maduración de la uva sea lenta y continua. “Debido al calor ahora estamos con un adelanto de entre 10 o 12 días sobre el ciclo normal, pero si tenemos un septiembre normal, al final la vendimia se acabará adelantando sólo unos cinco días”, aseveró.
Uva de gran aspecto en Tierra del Vino
Por último, la DO Tierra del Vino de Zamora tiene expectativas optimistas. El secretario del consejo regulador, José Manuel Braña, aseguró a Ical que la campaña se presenta “buena”. Aunque es pronto para hacer una estimación, adelantó que la uva blanca dispone de un mejor aspecto: “Aunque ahora sería deseable un poco de agua, todo el ciclo vegetativo se ha desarrollado hasta la fecha sin problemas y sin enfermedades”.
Fuente: ICAL